Blanca me dice que
Barcelona es una ciudad preciosa pero a ella no le gusta que la gente quiera
ser independiente de España y se comporte como si fueran mejor que el resto del
país. Si los hablas en castellano, te responden en inglés, ella dijo. Por lo tanto,
me sorprendí que muchas personas nos hablaron en español. A pesar de las
advertencias de Blanca, he descubierto que son agradables. En general, disfruté
mucho de Barcelona. Es una ciudad que te cautiva por su gran tamaño, arquitectura
impresionante, y montón de verde.
Nuestro primero
destino fue el Parque Güell, un parque público que atrae muchísima gente cada
día para ver la arquitectura incomparable de Antoni Gaudí. Se
encuentra en la parte superior de la ciudad. Desde la parada de autobús al
parque, hay que subir una cuesta bordeada de tiendas turísticas.
Cuando llegas, te
sientes como si entraras un mundo mágico con los pabellones que se parecen a
casitas de jengibre y torres como los bastones de caramelo. Se ve muy
claramente la obsesión de Gaudí con la naturaleza – las formas onduladas que se
asemejan a un rio, la salamandra cubierta con mosaicos, columnas que tienen la
forma de arboles.
Me interesa mucho
el uso de los azulejos que decoran muchas obras no solo de Gaudí sino las de la
estética moderna. Cada pedazo es diferente como si tuviera su propia historia.
Cuando se juntan, comparten historias, creando una escena hermosa e exótica.
Aprecio que Gaudí proyectó un espacio artístico disponible a todo el mundo. Al
otro lado, existe un gran inconveniente. Había demasiados turistas luchando
para un sitio a sacar una foto. Sin embargo, si viviera en Barcelona,
encontraría un lugar tranquilo donde podría leer, estudiar y descansarme.
Después, visitamos
la Casa Batlló, ubicada en el Paseo de Gracia, que también refleja la fijación
de Gaudí con las formas orgánicas. A mí esta obra de Gaudí en particular tiene
elementos juveniles como la fachada vestida en varios colores vivos y el techo
que se parece a la espalda del dragón de San Jorge, el patrón de Cataluña.
Sin embargo, existen
unas características que revelan una psiquis adulta que es compleja y un poco
trastornada – por ejemplo, las columnas que se asemejan a los huesos y las
formas oculares de la base de los balcones. En el interior, Gaudí se aprovecha
de la luz en una manera que da la sensación de estar en un mundo peculiar del
océano. Me sorprendí que la casa no contiene mucho mueble del tiempo cuando
vivía la familia Batlló. Es cierto que sería una experiencia diferente. Me
pregunto si reste valor a la arquitectura ingeniosa de Gaudí.
Más tarde, pasamos
por la ciudad tomando la ruta roja en el autobús turístico. Cuando llegamos a
los jardines de Miramar que se sitúan en una colina, decidimos a bajar el bus
para gozar de la vista de la ciudad entera que se llama el Mirador de Miramar. Me
ha recordado de la información que hemos aprendido en la clase de historia de
arte sobre el Ensanche. Fue llevado a cabo para seguir al ritmo de la expansión
industrial y demográfica de la ciudad. Se formaron manzanas achaflanadas para que
facilitaran la circulación. Me encuentra fascinante como crecen las ciudades y
la diversidad de gente que vive en un área concentrada y la multiplicidad de
lenguas que se hablan (no solo las de los turistas sino los habitantes – por
ejemplo, mucha gente puede hablar catalán, español e inglés) lo que manifiesta
la convivencia de culturas y la cantidad de gente que camina por las calles
cada día. Prefiero las calles estrechos que se encuentran en Granada porque son
más encantadores. El gran tamaño de Barcelona demuestra que
siempre hay algo que descubrir. Un día me gustaría regresar.
( Las pilas de mi cámara
han dejado de funcionar cuando llegamos al mirador. Pero aquí se nota la anchura de las calles.)
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