19 April 2012

Barcelona


Blanca me dice que Barcelona es una ciudad preciosa pero a ella no le gusta que la gente quiera ser independiente de España y se comporte como si fueran mejor que el resto del país. Si los hablas en castellano, te responden en inglés, ella dijo. Por lo tanto, me sorprendí que muchas personas nos hablaron en español. A pesar de las advertencias de Blanca, he descubierto que son agradables. En general, disfruté mucho de Barcelona. Es una ciudad que te cautiva por su gran tamaño, arquitectura impresionante, y montón de verde. 

Nuestro primero destino fue el Parque Güell, un parque público que atrae muchísima gente cada día para ver la arquitectura incomparable de Antoni Gaudí. Se encuentra en la parte superior de la ciudad. Desde la parada de autobús al parque, hay que subir una cuesta bordeada de tiendas turísticas. 


 
Cuando llegas, te sientes como si entraras un mundo mágico con los pabellones que se parecen a casitas de jengibre y torres como los bastones de caramelo. Se ve muy claramente la obsesión de Gaudí con la naturaleza – las formas onduladas que se asemejan a un rio, la salamandra cubierta con mosaicos, columnas que tienen la forma de arboles. 

 
Me interesa mucho el uso de los azulejos que decoran muchas obras no solo de Gaudí sino las de la estética moderna. Cada pedazo es diferente como si tuviera su propia historia. Cuando se juntan, comparten historias, creando una escena hermosa e exótica. 


Aprecio que Gaudí proyectó un espacio artístico disponible a todo el mundo. Al otro lado, existe un gran inconveniente. Había demasiados turistas luchando para un sitio a sacar una foto. Sin embargo, si viviera en Barcelona, encontraría un lugar tranquilo donde podría leer, estudiar y descansarme.

Después, visitamos la Casa Batlló, ubicada en el Paseo de Gracia, que también refleja la fijación de Gaudí con las formas orgánicas. A mí esta obra de Gaudí en particular tiene elementos juveniles como la fachada vestida en varios colores vivos y el techo que se parece a la espalda del dragón de San Jorge, el patrón de Cataluña. 

Sin embargo, existen unas características que revelan una psiquis adulta que es compleja y un poco trastornada – por ejemplo, las columnas que se asemejan a los huesos y las formas oculares de la base de los balcones. En el interior, Gaudí se aprovecha de la luz en una manera que da la sensación de estar en un mundo peculiar del océano. Me sorprendí que la casa no contiene mucho mueble del tiempo cuando vivía la familia Batlló. Es cierto que sería una experiencia diferente. Me pregunto si reste valor a la arquitectura ingeniosa de Gaudí. 

Más tarde, pasamos por la ciudad tomando la ruta roja en el autobús turístico. Cuando llegamos a los jardines de Miramar que se sitúan en una colina, decidimos a bajar el bus para gozar de la vista de la ciudad entera que se llama el Mirador de Miramar. Me ha recordado de la información que hemos aprendido en la clase de historia de arte sobre el Ensanche. Fue llevado a cabo para seguir al ritmo de la expansión industrial y demográfica de la ciudad. Se formaron manzanas achaflanadas para que facilitaran la circulación. Me encuentra fascinante como crecen las ciudades y la diversidad de gente que vive en un área concentrada y la multiplicidad de lenguas que se hablan (no solo las de los turistas sino los habitantes – por ejemplo, mucha gente puede hablar catalán, español e inglés) lo que manifiesta la convivencia de culturas y la cantidad de gente que camina por las calles cada día. Prefiero las calles estrechos que se encuentran en Granada porque son más encantadores. El gran tamaño de Barcelona demuestra que siempre hay algo que descubrir. Un día me gustaría regresar. 

( Las pilas de mi cámara han dejado de funcionar cuando llegamos al mirador. Pero aquí se nota la anchura de las calles.)


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