En el
principio de abril, todo el grupo de UConn fue a Barcelona. Un fin de semana en
esa ciudad hermosísima no era bastante. Hay tanto que ver allá que se necesita
a lo menos dos semanas para ver de todo. Un día teníamos billetes de
autobús-turístico y teníamos que ver tres lugares históricos. Yo fui a La
Pedrera, el Hospital Sant Pau y el Park Güell.
La
Pedrera, también llamada la Casa Milá, fue increíble. Nunca había visto un
edificio así – la fachada se realizó con curvas. El techo era lo que me interesaba
lo más. La escultura formaba parte de la arquitectura – había construcciones
grandes hechas de piedra y escaleras pasando por ellas. Vi unas esculturas, que
servían para chimeneas, que se parecían conchas marinas con azulejos rotos.
Algo interesante que aprendí es que cuando se construyera la Pedrera los
trabajadores creían que Gaudí estaba loco porque ordenaba que rompieran los
azulejos y entonces que repusieran los trozos para la escultura. Hicieron lo
mismo con botellas de vidrio en otras chimeneas.
Quería ver el
Hospital Sant Pau porque me interesaba por qué un hospital era una parada del
autobús-turístico. Curiosamente, no es un hospital para los enfermos, sino una
gran presentación de problemas mundiales. Por ejemplo, había una obra expuesta
con una placa que decía: “77 millón de hijos, 12% de los que viven en países
pobres y de desarrollo no tienen acceso a la educación formal, la cual costaría
aproximadamente $9 billón al año.*
*Los ciudadanos de los Estados
Unidos y Japón gastan $40 billón cada año en juegos de video.” Había
una ventana arriba de la placa que mostraba un montón de materiales de juegos
de video, y debajo de la placa había una pizarra, trozos de tiza, cuadernos,
hojas y lápices. En otra obra expuesta se incluía 10 tablones, cada uno con una
sugerencia para mejorar el mundo. Por ejemplo, uno muestra: “En caso de
enfermedad, todos debemos tener derecho a disponer de medicamentos para
curarnos. Creemos un fondo mundial de rescate de patentes.” Otro muestra: “Los
países pobres y emergentes no deben dedicar sus presupuestos a devolver
créditos internacionales. Condenemos la deuda externa.” Al final de los 10
tablones, el tablón más grande expone este mensaje: “Depende de nosotros,
depende de ti.” El Hospital Sant Pau sirve para educar a los observadores
de los problemas mundiales y motivarlos para hacer algo.
Tan pronto como llegué en el Park Güell me
sentía parte de Candyland y el mundo de Dr. Seuss. Este sitio es una
representación perfecta del estilo personal y único de Antonio Gaudí. Todo es
de colores vivos y hecho de azulejos rotos. A la entrada hay la famosa
salamandra y un túnel de rocas con estalactitas colgando del techo. En lo alto
de las escaleras hay una gran plaza abierta que sirve como mirador de
Barcelona. Hay un banco larga que parece una serpiente. De la plaza hay más
escaleras que se llevan a un bosque pequeño con tantos caminos estrechos y
preciosos.
No
hay otro lugar que parece Barcelona. Para mí, la estancia allá fue una estancia
en un mundo onírico.
No comments:
Post a Comment