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| Al principio del viaje en Nerja, Espana |
No puedo creer que saldré Granada en una semana. Se siente como acabo de llegar y estaba
asustado por mi Señora y quise devolver a mi casa. Pero ahora, no quiero
devolver. Durante mi tiempo en Granada, veía muchos lugares que nunca pensé que
vería en mi vida. También, ha aprendido mucho español este semestre y pienso
que puedo hablarlo mucho más mejor que antes. Para hablar
con mi señora es mucho más fácil ahora que antes. En el
principio, tartamudeé mucho y mi señora siempre me
miraba con confusión. Pero ahora, podemos tener conversaciones sin dificultad,
al menos, la mayor parte del tiempo.
Creo que mi personalidad ha cambiado también.
Antes del viaje, fue independiente pero siempre quise hacer cosas con otras y
no por sí mismo. Pero este viaje me enseña a hacer lo que quiero. Por ejemplo, cuando estaba en Londres con
algunos amigas, yo quería ir al Torre de Londres y Calle Abbey, pero no mis
amigos. Así, yo fui a estas lugares solo. Yo pude ver lo que quise y no tuve
remordimientos sobre mis viajes. Otro aspecto que aprendí en Europa, que es pequeño y casi cómico, es la capacidad para usar las
metras. Cuando iba a la ciudad de Chicago, nunca tomaba la metra porque las
mapas eran muy difíciles a entender. Pero ahora, las comprendo y voy a ahorrar dinero. También,
nunca olvidaré los amigos que conocí aquí. Tuvimos muchos días y noches
divertidos juntos y creo que vamos a ser amigos cuando regresáramos y por mucho
más tiempo.
Me encanta América, pero ha aprendido mucho y
pienso que hay mucho más para descubrir. Por eso, no me
digo “adiós” a Granada, pero sólo “hasta luego.”
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| Al final del viaje en La Alhambra |
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